Célula sana, enferma
APO 1 – PATOLOGÍA CELULAR- CÉLULA SANA, CÉLULA
ENFERMA
Imagen de necrosis caseosa
La patología es
el estudio del sufrimiento, estudia la “patogenia” (el cómo y por qué), la
“etiología” (la causa subyacente), los cambios morfológicos (lesiones, lesiones
patognomónicas), y la significación clínica (signos, síntomas, síndromes) que
ocurren en un animal enfermo.
La célula normal
mantiene su forma y función dentro de estrechos rangos fisiológicos, mantiene
su homeostasis. Ante un estímulo fisiológico exagerado, o un estímulo patológico,
la célula puede adaptarse, hasta un nuevo punto de equilibrio, mediante
atrofia, hipertrofia, hiperplasia o metaplasia. Si lo logra, puede volver a ser
funcional, pero si no se adapta, sufre lesiones, que pueden ser reversibles
(degeneraciones celulares que se arreglan al cesar la injuria) o pasar al punto
de no retorno y llegar a la irreversibilidad, y muerte, mediante necrosis o
apoptosis. Cronológicamente, aparece primero la disfunción celular, luego muere
la célula, y finalmente aparecen los cambios morfológicos característicos de la
lesión.
La respuesta de
la célula depende de las características de la injuria, del tiempo durante el
que actúa, y de las características de la célula y del tejido (metabolismo,
vascularización, ciclo celular).
Las causas de la
lesión celular pueden relacionarse con el huésped (agentes infecciosos
biológicos), hospedador (desordenes en el organismo) o con el medio ambiente
(agentes físicos y químicos).
Los mecanismos
de lesión celular pueden darse por distintas vías, pero como los componentes
celulares están tan íntimamente relacionados funcional y estructuralmente entre
sí, un daño inicial da rápidamente multitud de lesiones secundarias. De
cualquier manera, hay cuatro sistemas especialmente susceptibles en la célula: la
membrana, la mitocondria, el RER, y el núcleo.
Lesiones celulares reversibles
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·
Hipoxia
El modelo de
lesión celular reversible es la “hipoxia”, que significa disminución parcial de
oxígeno (si fuera falta total, recibe el nombre de “anoxia”), y puede deberse a
una baja presión parcial, a un defecto en el transporte de O2 en la sangre, o
por “isquemia”, que impide también la llegada de sustratos glucolíticos, y es
falta de irrigación sanguínea, por obstrucción arterial o deficiente drenaje
venoso.
Ante la disminución
del flujo de oxígeno, disminuye la fosforilación oxidativa (en la mitocondria),
y en consecuencia disminuye el ATP, y con ello prácticamente todas las vías
homeostáticas principales: la bomba de sodio y potasio deja de funcionar, por
lo que entra sodio y sale potasio, a favor del gradiente de concentración, y el
agua también difunde, provocando tumefacción celular; aumenta la glucólisis
anaeróbica, con producción de ácido láctico y acidificación del citoplasma, por
lo que se condensa la cromatina, se activan enzimas proteolíticas (digestión
celular) y los ribosomas se separan del retículo endoplasmático, con lo que
disminuye la síntesis de proteínas estructurales y funcionales, por lo que se
acumulan lípidos, porque la célula ya no puede exportarlos.
·
Falla respiratoria
Afecta a la
mitocondria, y como resultado se acumula agua (↓ATP, ↓bomba Na- K, ↑Na
intracelular, ↑agua). Se llama degeneración turbia, en un estadío inicial, y
degeneración hidrópica, más avanzado. Las causas pueden ser hipoxia o tóxicos.
·
Falla en el metabolismo de
lípidos
Se afectan la
mitocondria, el REL y el RER. Se observa acumulación de lípidos (SUDAN +),
porque no se metabolizan, y recibe el nombre de degeneración grasa (esteatosis).
Las causas pueden ser hipoxia, dieta hipoprotéica, muchos lípidos, o tóxicos.
·
Falla en el metabolismo
proteico
Se afecta el
RER, y se observa acumulación proteica, que recibe el nombre de acumulación
hialina. Las causas pueden ser un aumento en la reabsorción por falla renal, un
aumento de producción proteica (mielomas), ó por radicales libres.
·
Falla en el metabolismo de
glúcidos
Afecta al
citosol, y se ve acumulación glucogénica. Recibe el nombre de degeneración
glucogénica y da resultado positivo a PAS. Las causas pueden ser defectos
genéticos, diabetes o por corticoides.
Acumulaciones
intracelulares
La célula suele
responder con acumulaciones intracelulares a distintas fallas en sus sistemas
vulnerables:
Triglicéridos: Frecuente
en hígado, corazón y riñón. Puede ser
consecuencia de toxinas como el alcohol (alteran las funciones mitocondriales y
del REL), malnutrición proteica (disminuye la síntesis de apoproteinas para el
transporte), diabetes, alto consumo de grasas, ayuno (movilización de ácidos
grasos desde depósitos periféricos), y anoxia (inhibe la oxidación de ácidos
grasos).
Colesterol y
ésteres de colesterol: Los macrófagos se llenan de vacuolas lipídicas, que le
confieren aspecto de célula espumosa. Sucede en aterosclerosis (también en los
miocitos), síndromes hiperlipidémicos, y se forman xantomas cuando los
macrófagos se acumulan en tejido conjuntivo.
Proteínas: Puede
ser por exceso en el consumo o en la síntesis. Por un síndrome nefrótico se
forman gotas hialinas; las inmunoglobulinas recién sintetizadas pueden
acumularse formando cuerpos de Russel; en hepatopatías alcohólicas, los cuerpos
de Mallory, y en Alzheimer.
Glucógeno: En
diabetes no controlada se acumulan en epitelio tubular renal, cardiomiociotos,
y células beta de islotes de Langerhans,
o trastornos genéticos como glucogenosis.
Sales de calcio:
Calcificación distrófica: se acumula cuando hay daño tisular, el fosfato y pH
ácido favorece su depósito. Calcificación metastásica: en tejidos normales, por
defectos en el metabolismo del calcio, por alta secreción de PTH, vitamina D, tumores,
fracturas, e insuficiencia renal.
Pigmentos
endógenos: hemoglobinógenos, como la hemoglobina, hemosiderina, porfirina, bilirrubina
(pre, intra, y posthepatica); anhemoglobinogenos, como melanina y lipofuscina.
Pigmentos
exógenos: carbón (antracosis), tinta de tatuajes, clorofila.
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